Rocío
es una gran artista, que tiene unos meligmas preciosos en su voz y una dulzura
y sensibilidad exquisita. Además, se ha atrevido a hacer cosas nuevas en el
Flamenco y tiene una gran proyección artística.
Comenzó
cantando por Guajiras, con un gusto muy refinado. Luego una Serrana y remató
con cantes Abandoláos. Después tiró de compás e hizo Tangos de Graná,
acordándose del gran Enrique Morente. Después hizo cantes de Levante y a
continuación volvió al compás y cantó por Bulerías, versionadas de un Tango
Argentino, dedicando una letra a la guitarra. Luego se puso seria para cantar
por Peteneras. Después cantó unas Rondeñas del genial José Meneses, con letras
de Moreno Galbán. Luego hizo una Milonga del genio y figura Pepe Marchena. Y
continuó con Marchena haciendo el Romance a Córdoba. A continuación volvió de
nuevo al compás y cantó por Caracoles, para seguidamente meterse en lo “jondo”
para cantar por Seguiriyas. De nuevo volvió al compás e hizo Cuplé por
Bulerías, con variedad de letras, entre ellas “se nos rompió el amor”. Y
finalizó con una tanda de Fandangos Naturales y de Huelva, a capela.
Por
lo que respecta a Miguel Ángel, tiene una limpieza y una velocidad en sus manos
fuera de lo común y le dio la cobertura perfecta en todo momento a la cantaora,
siendo vitoreado y aplaudido en varias ocasiones.
Como
es natural, a éstos dos fenómenos artistas les despedimos con un cariñoso y
fuerte aplauso con el público en pie al finalizar su actuación.
Comentarios
y fotografías: Juan Antonio, secretario de la Peña.
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