Otra noche mágica fue la que vivimos el pasado viernes día
6 en nuestra Catedral del Flamenco, en la que como es habitual, apareció el
duende que se esconde en sus rincones, para que Joselete de Linares y Rafael
Trenas estuvieran cumbres y nos hicieran disfrutar de un recital del más puro y
genuino arte flamenco.
Presentó a estos dos excelentes artistas nuestro
Vicepresidente D. José Antonio Risquez Salas, que hizo una presentación de los
artistas como ya viene siendo habitual últimamente en nuestra Peña, concisa,
concreta y sin extenderse mucho, pero diciendo los datos precisos para que
los/as socios/as y aficionados/as asistentes, nos hiciésemos una exacta idea de
los dos colosos que iban a deleitar con su arte.
Desde el primer momento, Joselete conecto con el público y
nos demostró que es un cantaor como la copa de un pino, que no escatima en
esfuerzos por hacer bien su trabajo, derrochando arte por los cuatro costados y
consiguiendo que a los que nos gusta lo puro y ortodoxo, disfrutásemos de una
noche para guardar en la memoria.
Comenzó cantando por Malagueñas al estilo de Chacón, para
continuar con Rondeñas, Soleá y cerrando una excelente primera parte por
Fandangos. Y en la segunda parte nos cantó la Caña, al estilo del Gallina y
continuó con Taranto y Tanta al estilo de Luquitas de Marchena, Seguriyas,
Bulerías y remató su intervención a petición del público, con el Romance de
Juan de Osuna de Manolo Caracol.
José lo dio todo en un alarde de honradez, que casi le
cuesta quedarse afónico en su último cante. Y además nos premió con una
sorpresa, porque subió al escenario su hijo Francisco Heredia, que nos hizo
unas Malagueñas con tanto gusto y pellizco, que puso al público en pié y se le
tributó una merecida ovación, igual que a José al finalizar su actuación.
Por lo que respecta a nuestro entrañable y guitarrista de
esta Peña Rafael Trenas, estuvo como es habitual en el, sencillamente colosal,
llevando en todo momento al cantaor en volandas y dándole la más perfecta
cobertura musical, a la vez que nos dio un verdadero festival de guitarra
flamenca, pero sin caer en protagonismo personal; porque Rafael es un
guitarrista demasiado honrado como para quitarle protagonismo a ningún cantaor
o cantaora que él acompañe. Y por si
fuese poco, nos emocionó con un personal solo por Granaínas, que solamente se
puede tocar de esa forma como lo hace Rafael, al que igual que a los dos
cantaores, se le interrumpió en varias ocasiones para obsequiarle con merecidos
aplausos.
Comentarios y fotografías: Juan Antonio, secretario de
la Peña.
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