Artísticamente hablando, el Festival de la
séptima Almazara flamenca, se puede calificar de apoteósico, sin ningún tipo de
dudas; comenzando desde el presentador D. Antonio Cerezo López, que además de
ilustrarnos con detalles muy interesantes sobre los cantes que hacen referencia
a los aceituneros y demás trabajos relacionados con las almazaras; efectuó una
extraordinaria presentación de tod@s l@s artistas, siendo escueto pero diciendo
mucho y aportando datos muy interesantes de l@s mism@s, demostrando una vez
más, que es un excelente maestro de ceremonias.
Un año más, pudimos disfrutar el pasado
sábado de un gran festival, en ese precioso rincón de nuestra Cooperativa
Olivarera, en el que además de estar fresquitos al aire libre después de un
caluroso día de verano, es un enclave perfecto donde la acústica es perfecta y
donde acude cada año el duende y se
puede saborear el buen arte flamenco, podemos mitigar el apetito y la sed en el
bar de la cooperativa que regenta el amigo José Luis.
Le tocó romper el hielo a la joven
cantaora malagueña Rocío Bazán, que nos cantó por Malagueñas rematadas con
cantes Abandoláos, Cantiñas, Soleá, Fandangos de Huelva y Bulerías.
Rocío estuvo de principio a fin muy
simpática y con ganas de agradar al público, con siguiéndolo con creces, e hizo
gala de un poderío en la voz impresionante demostrando que es una cantaora de
tronío y brilló especialmente en una tanda por Bulerías, emulando a la gran
Paquera de Jeréz, hasta el punto que si uno cerraba los ojos, se sentía
transportado en el recuerdo a la artista Jerezana.
Estuvo magníficamente acompañada a la
guitarra, por el genial artista Manuel Herrera, que le dio la cobertura
perfecta en todo momento, arrancando innumerables aplausos del público durante
su actuación acompañando a Rocío.
El segundo en actuar fue otro joven
cantaor, Kiko Peña, que nos deleitó con un verdadero recital de arte flamenco,
diciendo y “masticando” los cantes, como lo hacen los grandes maestros y
recordándonos a su mecenas, el gran Miguel Poveda, con el que ha compartido
escenario en más de una ocasión y del que posiblemente haya aprendido ese
extraordinario compás que tiene. Aunque yo me inclino a pensar que el compás le
viene de nacimiento, a juzgar por lo bien acompañado que estuvo a las palmas
por su madre Esperanza García y el palmero que les acompañaba (del que no
recuerdo el nombre), pero que derrocharon arte y compás a raudales.
Kiko empezó cantando por Martinetes y
Tonás, continuando su actuación con cantes por Alegrías de Cádiz con remate por
Bulerías, Malagueña, Seguiriyas y a mi personalmente me entusiasmó especialmente con unas Bulerías, en las que
Kiko, además de emular al propio Miguel Poveda, se acordó del entrañable genio
de San Fernando, Camarón de la
Isla , haciendo las delicias del público asistente.
Estuvo magistralmente acompañado a la
guitarra por un Daniel Casares, que además nos obsequió con un verdadero
concierto de guitarra flamenca e igual que Manuel, arrancó numerosos aplausos
del público que se rindió ante su toque y pellizco flamenco.
A continuación cerraron la primera parte
de este festival las hermanas Mariscal, con un baile por Levante, en una
perfecta armonía, señorío y elegancia, con el cante del gran cantaor Mariano
Romero y la guitarra de Antonio Contiñez, que igual que sus antecesores, estuvo
inconmesurable. Un estupendo grupo de baile que nos hicieron disfrutar de un
precioso espectáculo, tanto en su primera intervención, como en la segunda, en
la que nos interpretaron unas Alegrías con mucha sabiduría, majestuosidad, arte
y delicadeza; haciéndonos pasar un gran rato de diversión muy agradable.
La segunda parte comenzó la otra gran
cantaora malagueña, Antonia Contreras, que demostró su veterana,
profesionalidad y buen hacer; modulando y pellizcando los cantes con gusto y
flamencura, metiéndose en lo jondo y lo ortodoxo, por Peneteras, Soleá,
Granaínas, Seguiryas. Y demostrando que también puede extasiar al público con
su compás por Bulerías, acordándose de la más grande de la copla, con la
canción por Bulerías titulada una cantaora, que interpretara la gran Rocío
Jurado, en la película del mismo nombre. Finalizando su actuación con una tanda
de Fandangos de Huelva que interpretó a la perfección.
Como no podía ser menos, Antonia estuvo
acompañada a la guitarra por un Juan Ramón Caro, que igual que Manuel, Daniel y
Antonio, estuvo sencillamente cumbre, tocando una delicadeza y limpieza
exquisitas y premiándonos con otro concierto de guitarra.
Y es que la noche del sábado, fue una
noche de arte sublime, tanto por el cante, como por el toque y el baile.
Comentarios y fotografías: Juan Antonio,
secretario de la Peña.
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