El
viernes pasado día 21 de febrero, disfrutamos de otro colosal Recital de arte
grande, en nuestra Catedral del Flamenco repleta de público, en la que se
dieron cita los Duendes y acompañaron a los dos geniales artistas de Mairena,
Manuel Cástulo y Antonio Carrión.
Presentó
a éstos dos genios nuestro tesorero Juan Bermudo, que hizo una estupenda
presentación aportando muchos datos y muy interesantes, así como anécdotas curiosas
de la extensa trayectoria artística de
ambos, que derrocharon arte, sabiduría, elegancia y sobre todo, una pureza y ortodoxia
sin límites. Tanto Manuel como Antonio pusieron el corazón, el alma y se
dejaron la piel en el escenario, agradeciendo así el respeto y cariño que les
demostró la buena afición que nos dimos cita en esa noche mágica de arte y
“jondura”.
Manuel
comenzó cantando por Marianas, acordándose del malogrado José Meneses. Luego se
templó y cantó por Soleá para quitarse el sobrero, acordándose de la Serneta y
pasando por Jerez. Luego hizo Tarantas, que dedicó a los pobres inmigrantes que
mueren en el mar, víctimas de la miseria, la esclavitud y la maldad de las
mafias que trafican con la desgracia de esas pobres gentes. Y cerró la primera
parte por Alegrías de Cádiz.
La
segunda parte comenzó como es habitual en nuestra casa, con un excelente solo
de guitarra por Rondeñas de Antonio Carrión, que hizo las delicias de los
presentes.
Manuel
Salió por Tientos y Tangos con “jondura” y el pellizco que le caracteriza.
Después demostró el poderío que tiene en su garganta, cantando por Seguriyas de
Triana y Jerez (para romperse la camisa) y rematando con la Cabal de Silverio
Franconetti.
Luego
cambio el tercio y nos cantó con maestría por Fandangos Naturales, acordándose
con sus letras, entre otros, del gran Camarón de la Isla. Y como no podía ser
de otra manera, hizo honor a sus raíces y finalizó su actuación como los
grandes, acordándose de las tradiciones de su tierra con Tonás al estilo de
Mairena.
Por
su parte, Antonio Carrión estuvo cumbre como siempre, con su toque poderoso,
puro y “jondo”, siempre pendiente de darle el toque perfecto al cantaor, a la
vez que nos obsequiaba con un verdadero concierto de guitarra; porque no en
vano, Antonio es uno de los mejores, de los guitarristas de acompañamiento del
momento, sin menosprecio de todos los demás excelentes tocaores, que le están
dando una dimensión sin precedentes a la guitarra flamenca.
Y
es que a Antonio, como a otros cuantos guitarristas, le ocurre que como empezó
cantando, disfruta con el cantaor o cantaora a la que acompaña y se vuelca
dando el todo por el todo.
Al
finalizar su actuación, estos dos fenomenales artistas cosecharon un caluroso e
interminable aplauso y la muestra del cariño que les tiene la buena afición de
nuestra Peña.
Comentarios y fotografías: Juan Antonio, secretario de la Peña, con la
colaboración especial de nuestro socio D. Bartolomé Dorado.
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