sábado, 13 de enero de 2018

RECITAL DE RUBITO DE PARÁ (HIJO) Y ANTONIO CÁCERES.

RESUMEN DEL RECITAL: Ayer viernes día 12 de enero, tuvimos la suerte de que nos visitaran dos jóvenes y grandes artistas, Rubito de Pará (hijo) al cante, y Antonio Cáceres al toque; a  los que presentó muy bien nuestro socio y vocal de la Directiva D. Antonio Carlos Ruiz Aguilar, que lo hizo de forma concisa y concreta y aportando los datos necesarios de ambos artistas, sin alargar la presentación más de lo necesario.
Rubito demostró con creces el poderío que tiene y el buen momento artístico en que se encuentra, haciendo los cantes con gran facilidad debido a las buenas cualidades que tiene en la su garganta, que le permite modular a la perfección y cantar con exquisito gusto y sentimiento por bajo, cosa nada fácil en éste difícil arte que es el Flamenco. Y a pesar de ser un cantor joven, posee los conocimientos y formas de cantar de un viejo, metiéndole un pellizco a los cantes que emociona a quien le esté escuchando.
Comenzó cantando por Soleá, acordándose de Triana y luego siguió por Tientos y Tangos de Málaga, Extremadura y Graná. Luego nos cantó por Granaína y Media Granaína con letras dedicadas al padre de la patria andaluza Blas Infante y a Federico García Lorca. Y cerró la primera parte del recital por Cantiñas, con letras dedicadas a Onofre, a Pericón de Cádiz, a Córdoba, a Camarón y a la Perla de Cádiz.
Tras el sólo de guitarra por Rondeñas con el que nos obsequió el pontanés Antonio Cáceres, Rubito comenzó la segunda parte con Tanguillos de Cádiz, que dedico al gran Chano Lobato y después se puso serio, para hacer un cante que suelen cantar muy pocos artistas, porque dicen que trae mal fario, osea por Peteneras. Después canto por Seguiriyas con remate de Cabal para “romperse la camisa”. Para despedirse nos hizo unas preciosa tanda de bulerías acordándose de la gran Rocío Jurado, el Clavel. Y a petición del público, hizo una tanda de Fandangos naturales y de Huelva.
Y si Rubito estuvo cumbre ejecutando sus cantes, el tocaor no le fue a la zaga, porque el joven de 25 años Antonio Cáceres, nos embrujó con su toque limpio, añejo y soberbio, con una agilidad y velocidad impresionantes, además de una flamencura extraordinaria en su toque, hasta el punto de ser interrumpido con aplausos en alguna ocasión.
Antonio es sin duda, una prueba más de la extraordinaria dimensión que está tomando la guitarra dentro del Flamenco y que le da un valor añadido a la interpretación de cualquier cantaor y todo ello, haciendo sus deberes muy bien, sin quitarle protagonismo y estando siempre pendiente de darle la cobertura musical precisa, pero dándole más valor al toque; como hizo en el acompañamiento por Soleá, que puso la cejilla en el décimo traste, con lo cual es mucho más difícil ejecutar el toque, pero en cambio el cante gana en categoría.
Al final de su actuación, estos dos jóvenes cosecharon un cariño e interminable aplauso con el público puesto en pie.

Comentarios fotografías y vídeos: Juan Antonio, secretario de la Peña.



















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