Una noche más tuve el honor
y la suerte, de presentar el importante evento que ha propuesta de y con la
colaboración especial de la Asociación
Piedra y Cal de nuestra ciudad, realizamos el pasado viernes,
donde una noche más “acudió ese duende flamenco” que se esconde por los
rincones de nuestra Catedral del Arte, y
que suele aparecer para inspirar a presentadores, ponentes y artistas, que
habitualmente, derrochan sabiduría y arte “por los cuatro costados”.
De memorable, majestuosa,
excelente y muchos calificativos más, se puede calificar la conferencia,
titulada “historia ilustrada sobre los palos del cante” (charla para no iniciados),
con la que nos deleitó el ilustre escritor y gran orador, que es D. Manuel
Martín Martín; que sin caer en exageracines, estuvo SUBLIME, o cumbre, como
acostumbramos a decir en el argot flamenco.
Manuel desarrolló su
ponencia con un desparpajo, soltura, gracia y sabiduría fuera de lo común, sin apenas
utilizar apuntes, ejecutándola de memoria, con un arte, elegancia,
majestuosidad y simpatía, que cautivó al público asistente desde el primer
momento hasta el último; ilustrándonos con una cantidad de datos, anécdotas y detalles
que a la mayoría nos dejó perplejos, hasta el punto, que yo al menos, no
recuerdo haber disfrutado y aprendido tanto jamás con una conferencia, ni de flamenco,
ni de cualquier otro tema.
En cuanto al cantaor local
Antonio de Pozoblanco, ejecutó sus cantes con poderío, su voz clara, entonando
a la perfección, poniendo el corazón y el alma en cada cante, demostrando el
perfecto estado de forma en que se encuentra, así como la estupenda evolución
que está teniendo y como se está consolidando como un cantaor profesional, con
una enorme inquietud por aprender y aportar letras de su propia cosecha.
Por lo que respecta a Rafael
Trenas, a pesar de ser un guitarrista
que se vuelca en cuerpo y alma, para arropar al cantaor y no es partidario de
lucimientos personales, nos deleitó con un verdadero concierto con sus
falsetas, ejecutadas con tanta sensibilidad, sabiduría y elegancia, que como es
habitual en él, nos pellizcó el alma y nos dejaron una enorme satisfacción.
Pero además, este viernes,
el duende confabuló al ilustre Manuel, al gran cantaor Antonio y al genial
Rafael Trenas, para que pudiésemos disfrutar de una noche más que memorable e
inigualable y única.
Comentarios y fotografías:
Juan Antonio, secretario Peña flamenca.
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