El
pasado viernes día 24 de enero, con un nuevo lleno en el salón de actos de
nuestra Catedral del Flamenco, tuvimos la suerte de disfrutar de otro
apoteósico Recital de arte Flamenco, a cargo del gran maestro Calixto Sánchez y
del inigualable Eduardo Rebollar.
Fue
una noche mágica y en la que los duendes se hicieron presentes y el público
vibró de entusiasmo y emoción, con éstos dos veteranos artistas, a los que
presentó de forma magistral nuestro Vicepresidente D. José García Ledesma, que
hizo una excelente presentación de los
dos artistas, aportando datos muy interesantes y desconocidos para la mayoría
de los socios y socias y personas asistentes, e incluso contó anécdotas, como
la de un joven Calixto Sánchez de 18 años, sin conocimientos de cante flamenco,
ni sentido de la afinación o el compás, se presentó a un concurso de cante en
su pueblo y lo ganó, comenzando a partir de ahí su carrera profesional como
cantaor de flamenco.
Calixto
demostró ser un auténtico cantaor de flamenco “maestro de maestros”, tanto en
la forma de vestir, como de ejecutar el cante o de pisar el escenario con
firmeza, aplomo y elegancia. Su recital más bien algo corto debido a que
últimamente ha estado algo delicado de salud y que con su edad procura no
excederse para no agotar sus posibilidades físicas, que todavía le responden
perfectamente, como demostró cantando a capela por Fandangos. Toda su actuación
fue pura esencia y entrega, con una honradez sin límites poniendo el corazón y
todos sus conocimientos en cada cante. Además le dedicó unos bonitos elogios a
nuestra sede o “Catedral del Cante”, como cariñosamente le llamamos.
Fuente
inagotable de sabiduría, Calixto es una de las pocas enciclopedias vivientes
del Flamenco que por suerte aún nos quedan. Por eso comenzó su actuación
obsequiándonos con una mini conferencia contando anécdotas sobre sus inicios y
trayectoria artística como cantaor y sobre varios aspectos del arte Flamenco y
con un poema de Gustavo Adolfo Becquer, que él había convertido en una letra
por Seguiriyas.
Comenzó
el cante con dos Malagueñas de Chacón. Luego se arrancó por Solea y cantó como
sólo saben hacerlo los grandes “para romperse la camisa” , haciendo un
recorrido por Alcalá y Triana y remató con la de Cádiz. Después hizo Tientos y
Tangos con genial maestría. Luego hizo Caracoles con mucho arte y con algunas
letras diferentes a las que se suelen cantar habitualmente. Para despedirse
hizo Bulerías al golpe, con letras propias que hablan de los “esquilaores” y de
Lolita, una joven de su pueblo natal que
se casó con un gallego. También homenajeó al cantante Carlos Cano, con letras
de la copla Habaneras de Cádiz. Y a petición del público se despidió con
Fandangos naturales personales, con letras propias que dedicó a los pobres
inmigrantes que mueren en el mar buscando una vida mejor.
Por
su parte, Eduardo Rebollar estuvo cumbre, ofreciéndole la cobertura musical
justa y perfecta en cada cante y sin ningún ánimo de protagonismo, nos obsequió
con un verdadero concierto de guitarra en el que derrochó arte y sabiduría a
raudales, con un toque añejo y personal que no se parece a ningún otro
guitarrista, siendo muy aplaudido su buen hacer durante todo el recital, dando
fe, de que últimamente la guitarra flamenca en algunos casos, está superando al
cante.
Al
finalizar su actuación, estos dos inigualables artistas, se les despidió con un
merecido, largo y cariñoso aplauso con el público en pie.
Comentarios
y fotografías: Juan Antonio, Secretario de la Peña flamenca, con la
colaboración del socio de ésta Peña, D. Bartolomé Dorado.
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