El viernes día 9 de marzo, se dieron cita los “Duendes” en nuestra
Catedral del Flamenco y pudimos disfrutar de un gran recital, a cargo de los
alumnos de la Escuela de nuestra Peña, a quienes presentó con elegancia,
sabiduría, soltura y sobre todo con un alarde de simpatía excepcional, nuestro
socio D. José Antonio Risquez.
* Abrió
el recital nuestro socio directivo y responsable de la Escuela José García Ledesma,
que nos hizo Tientos y Tangos, Soleá y Seguiriyas.
Pepe
(para los amigos), es un gran aficionado que con buen criterio se esfuerza en
estudiar a los grandes maestros como el Nitri, Manuel Torre, Chacón, o Agustín
Fernández y debido a ello, ha adquirido un estilo de cante “añejo”, que nos
encanta a los buenos aficionados ortodoxos.
* Estuvo
acompañado a la guitarra por Paco Páez, que tiene un toque limpio y muy medido,
exento de guitarrazos que suelen molestar, perfectamente aprendido del maestro
Rafael Trenas, que infunde dulzura sensibilidad en el toque.
* A
continuación Laura Garrido cantó Fandangos de Huelva, Vidalita y Tangos.
Laura
que igual que Pepe lleva solamente dos años en nuestra escuela, es una cantaora
provista de una voz limpia y unos meligmas que se asemejan mucho a las
cantaoras de Jerez, sobre todo cuando hace cantes festeros y que entusiasma a
la afición.
* Tras
el descanso, Francisco Gómez nos deleitó cantando por Soleá, Alegrías de
Córdoba, Fandangos Naturales y de Huelva y finalizó con una preciosa Canción
por Bulerías.
Francisco
es un cantaor que aunque todavía no ha sido reconocido y presentado como
profesional, no tiene nada que enviar a los cantaores consagrados, porque tiene
un poderío en su garganta que le permite modular a la perfección y sacarle el
mayor partido a su voz limpia y dulce que acaricia los oídos de los aficionados
más exigentes y los emociona con su personalidad, su pellizco y aplomo en el
escenario.
* Estuvo
magistralmente acompañado a la guitarra por Juan Ruiz, que tiene un toque
poderoso digno de los maestros en los que sin duda se ha preocupado de
estudiar, como Paco de Lucía o Antonio Carrión, imprimiéndole una fuerza y
emoción al toque, que entusiasma a los aficionados.
*
Y cerró el Recital el más veterano, Juan María González, que nos cantó por
Malagueñas con remate de Fandangos de Lucena y el Zángano de Puente Genil.
Después nos hizo Tientos y Tangos, Soleá y Colombianas.
Juan
es un cantaor de los llamados “Camaroneros”, porque le encanta emular al genio
de la Isla y prueba de ello, es que igual que Camarón, está sobrado de compás;
si bien es cierto, que ese compás se lo inculcó el maestro Juan Cruz a base de
mucha constancia, y posteriormente, el maestro Rafael Trenas le ha enseñado a
cantar con su voz y no intentar imitar a ningún cantaor. Y ciertamente ha dado
sus frutos, porque el arte Flamenco es muy difícil de aprender y de enseñar. No
en vano es un arte único en el mundo.
Estuvo
muy bien acompañado por el también alumno más veterano de la escuela Francisco
Javier Calero, que tiene un toque también muy dulce, que invita a la relajación
e igualmente exento de guitarrazos inapropiados.
En
resumen, hay un denominador común de todos estos artistas, que es su desmedida
afición por nuestro Arte Flamenco, que con su constancia y tesón, les hace
permanecer día tras día, manteniendo viva la llama del Flamenco en nuestra
comarca, actuando en todo tipo de actividades para las que son requeridos.
Comentarios y fotografías: Juan Antonio, secretario de la Peña.
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