El viernes día 27, disfrutamos de otra excelente velada
flamenca, a cargo de estos dos fenómenos artistas, a los que presentó nuestro
socio D. Emilio Fernández Herrero, que además de hacer una exquisita
presentación de los dos artistas, aportando datos muy interesantes y sin
extenderse demasiado; nos obsequió con un extraordinario y emotivo poema
dedicado a nuestra Peña flamenca, en el que reflejó la idiosincrasia, el buen
saber estar, la educación flamenca, etc., de los socios y socias que la
integramos, así como a nuestra Catedral del Flamenco, como gustamos de llamar a
nuestra sede.
Tras dirigirnos unas sabias palabras, comenzó Tina cantando
por Tientos y Tangos, ganándose el aprecio y la simpatía del quienes allí nos
dimos cita y conectando inmediatamente desde ese primer cante y en todos los
que hizo después, que ejecutó con una hondura, una sabiduría, un saber estar y
unas facultades excelentes, como suelen hacerlo los cantaores y cantaoras de su
generación, que sin menosprecio de las generaciones posteriores, tiene una
flamencura y un gusto exquisito a la hora de ejecutar sus cantes, pisando
fuerte en el escenario y comportándose como la gran señora que es.
Tina además, imprimió a sus cantes un sentimiento y un
pellizco que se clavaba en el Alma de quienes tuvimos la suerte de escucharla
y, como no podía ser de otra manera, derrochó letras en cada uno sus cantes,
dejándonos muy satisfechos con su generosa actuación.
En la primera parte, nos hizo también Malagueñas (ente
ellas la del Mellizo) y Fandangos naturales. Y en la segunda parte, nos hizo
vibrar con una Soleá por Bulerías, en la que se acordó de la Serneta y de la
Niña de los Peines, como en casi todos sus cantes, ya que Tina es una fiel
seguidora de Pastora, hasta el punto de que si fuese hija suya, quizá no se le
parecería tanto a la hora de cantar. Después continuó haciendo la Liviana y la
Serrana con el Cambio de María Borrico y siguió por Cantiñas, Peteneras y
culminó su recital por Bulerías, con la gracia y la sal que tienen los artistas
de Cádiz.
Y si Tina nos dejó entusiasmados, su acompañante no le fue
a la zaga y nos obsequió con un verdadero concierto de guitarra, imprimiéndole
a sus toques su personalidad y flamenquería y un saber estar y buen hacer, que
sin quitarle ni una pizca de protagonismo a la cantaora, la llevó en todo
momento en volandas, dándole una cobertura perfecta y al mismo tiempo,
arrancando casi a cada momento olés y aplausos espontáneos del público que
igual que a Tina, se le entregó desde el primer momento. Y es que no podía ser
de otra manera, ya que Manuel es otro de los grandes e importantes guitarristas
cordobeses, que además y por suerte para nosotros, está siendo ya uno de los
habituales de nuestra Peña y que nos llena de orgullo y satisfacción tenerlo
con nosotros.
Y como es ya habitual en nuestra Peña, despedimos a estos
genios del arte Flamenco, con un largo e interminable y merecido aplauso, con
el público puesto en pié.
Comentarios y fotografías: Juan Antonio, secretario de la
Peña flamenca.