Otra noche apoteósica de flamenco
fue la vivimos ayer en nuestra Catedral del Flamenco, a cargo de estos dos
geniales artistas, a los que presentó de forma escueta y concisa nuestro socio
y vocal de esta Peña D. José García Ledesma, que hizo una presentación
excelente, pero sin dilatarla demasiado ni entrar en detalles que pudieran
aburrir al público asistente.
Por lo que respecta a los
artistas, Raúl estuvo cumbre, masticando los cantes y pellizcando en el Alma de
quienes tuvimos la suerte de darnos cita anoche en nuestra sede, como sólo
saben hacerlo los grandes cantaores. Este joven artista con voz desgarrada (al
estilo del inigualable Camarón), nos hizo vibrar y sentir el flamenco en toda
su dimensión. Ejecutó todos sus cantes con sabiduría y precisión, destacando
especialmente en Tientos, rematados por Tangos y en una tanda de Bulerías con
repertorio interminable de letras, que le valió una larga y merecida ovación
con el público puesto en pié.
Y si Raúl estuvo cumbre, no menos
meritoria fue la cobertura musical que le hizo el maestro D. Rafael Trenas, que
como siempre, hizo las delicias de l@s presentes, con su especial dulzura en el
toque. Porque Rafael no se limita a tocar la guitarra, si no que la acaricia,
la mima, le hace hablar, gemir, llorar y reír a un mismo tiempo. Y todo ello,
sin quitarle ni un ápice de protagonismo al cantaor, al que arropó
perfectamente en todo momento y haciendo que brillara a lo largo de todo el
recital. Y como de costumbre, Rafael con su gran generosidad, nos deleitó con
un solo de guitarra por Mineras que le agradecimos con una gran y larga ovación.
En resumen, la actuación de Raúl
y Rafael fue otro éxito apoteósico, que agradecimos con un interminable aplauso
y el público en pié al final de la misma.
Comentarios y fotografías: Juan
Antonio, secretario Peña.